El Arte de entregarse

¿Qué hacer cuando uno siente que ya no tiene fuerzas?
¿Qué hacer cuando soportaste tanto dolor, que estas casi anestesiado?
Creo en la libertad individual y en los derechos.
Y apoyo la eutanasia o el suicidio. Al fin y al cabo, uno es libre de elegir y solamente uno, sabe el dolor que padeció y que elige no seguir padeciendo.
Es fácil desde afuera, dar consejos felices, escribir un mail y creer que con eso, uno le dio una mano a un amigo. Las cosas no son tan simples, ni tan abstractas. Dar una mano es compartir un día, una tarde, una noche, un mate, una charla, miradas…eso es ayudar y eso es estar. Pero bueno, tengo que entender, que son pocos, poquisimos lo que comparten mis valores y mis formas de “ayudar” al prójimo. Ya lo nos juzgo, simplemente los respeto, porque ya no puedo hacer mas nada y porque no soy dueña de ninguna verdad por suerte.
Necesito anestesiarme, dormir, desaparecer, dejar de existir en esta realidad.
No quiero sufrir mas, no quiero saber mas nada, no quiero seguir padeciendo dolores que no creo merecer y que son completamente injustos.
Por eso me entrego…es algo casi inconciente y automático, y no es que baje los brazos. Pero soy humana y tengo límites. Tengo cierta tolerancia y cierta energía…yo ya no puedo mas.
No tengo ganas de levantarme, ni para comer, ni para mirar algo, mucho menos para salir o estudiar.
El combustible que me hace vivir, ya no esta. Y ojo que no hablo de un ser humano…hablo de un conjunto de cosas que me producen esto. Hablo de una falta, de una carencia y de una ausencia de incentivo por parte mía, por parte de mi mundo social más allegado y por parte, también, de la humanidad toda (lease: sociedad, personas, problemas universales, etc).
No soy negativa, soy realista. Y por mas que sepa, y siga creyendo, que siempre hay luz al final del túnel, y que siempre que paro llovió y todo eso, sigo pensando que la vida es demasiado difícil y demasiado injusta.
Es triste, es descolorida y para muchos es un castigo.
Desde afuera, puede sonar exagerado y oscuro. Como dice la gente que habla al pedo, creyéndose Freud, según algunos estas son formas de llamar la atención y victimizarme.
Pero bueno, pobre gente, los que dicen eso son los primeros que se ahogan en un vaso de agua ante un problema justamente, porque nunca les paso algo grave y están acostumbrados a tener una vida equilibrada y armoniosa. Me alegro por ellos, pero no esta bien que no sepan ponerse en la piel del otro...
Ya no creo en nada, ni en nadie. No tengo motivos para seguir creyendo, porque si los hubo, se murieron, se fueron, no se dieron cuenta y un sin fin de excusas y olvidos, que solo dejan heridas profundas sin rellenar, en mi mente y un mi Alma.
Y no soy egoísta…justamente, por no serlo lo suficiente creo que ahora siento todo lo que siento. Y no soy cagona, simplemente resistí demasiado.
Y sigo pensando, que si, que es mejor quemarse que apagarse lentamente.

El pesimista se queja del viento,
el optimista espera a que cambie,
el realista ajusta las velas.
Ya me canse de quejarme.
No sirvo para no cambiar, estoy en constante movimiento. El estancamiento es muerte.
Ajusto las velas, siempre. Con la idea de que alguna vez, el viento cambie de rumbo.
Soy realista y muchas veces la realidad es demasiado dura para aceptarla tan fácilmente.

N.P.S
27/04/07



No hay comentarios:

Publicar un comentario