Despejando reflejos

Hay dos maneras de difundir la luz... ser la lámpara que la emite
o el espejo que la refleja.
Lin Yutang

Creo en los vacíos y en los espejos; y más aun en los silencios.
Me enrosco innatamente en los laberintos de la vida y me siento a disfrutar de cada dilema.
Me enfrento con conflictos, que a veces siquiera existen y luego padezco.
No creo en el tiempo, si en las esencias. No creo en los rótulos, si en las miradas.
Nunca me asustaron los abrazos y siempre me costo ofrecerlos.
Suelo suspirar demasiado profundo y fuerte.
Me conmueve todo a casa segundo y soy una hipersensible de mierda. ¡Pisciana, encima, tenia que ser!
Creo que la vida nunca alcanza y no creo en las casualidades.
Creo que en el mundo hay demasiada gente triste y más aun gente que es triste.
¿Cómo secar su llanto? ¿Cuántas curitas compro? ¿Qué habrá detrás del espejo?
En un reflejo verde y naranja, me encuentro simétricamente frente a ellos.
Una regresión holistica y revolucionaria se asienta en mis parpados; no quiero que se desvanezca la llama conjunta.
Puedo ir aun el timbre del recreo, ver nuestro metro y pico de altura y sentir el gusto del naranju.
Pero me da miedo…me da pánico traspasar el espejo.
Cierro los ojos, miro el cielo y una señal difusa me impulsa a hacerlo; no lo pienso más.
Quizás allá, del otro lado de esa realidad, halla más respuestas para un mundo tan absurdo.
Con un pie afuera y otro adentro, intento entender, entenderme y entenderlos para poder sanar.
Y en otro espejo, la mirada ajena me juzga porque no puede llegar a comprenderlo.
La gente se enceguece de envidia y de celos. Se envenenan solos, sin siquiera percibirlo.
¿La ignoro o le explico? ¿O le pregunto porque me juzga sin casi conocerme? ¿Escuchara? ¿Reflexionara?
¿Se habrá mirado ella en el espejo? ¿Creerá en los vacíos?
Camino, me hundo, me embarro, suspiro y estiro las manos; pero no llego.
Giro y lo veo. En otro espejo paralelo esta la mirada de él, del mundo. La tristeza contenida, los abrazos que no se dan, las personas que no se animan y la vida que te cachetea demasiado fuerte.
¡La puta madre es tan necesario que nos duela tanto! ¿No habrá otra manera menos cruel?
Nadie me responde. El eco de mi ronca voz retumba en los miles de millones de espejos que me rodean.
Los espejos comienzan a girar; no se detienen. Nada se detiene, nunca, nada.
Lo que se detiene se estanca y lo que se estanca se pudre.
Y los espejos, nunca se pudren.
Encuentro una esquina, la esquina de mi pasado y me siento a pensar. Una vez mas el peso del universo cae sobre los hombros y casi no llego a levantar la vista, pero conozco el paisaje.
Quisiera saber cual es la formula para salvarte, para salvarme y para salvarlos a todos.
¿Quién toca el violín desafinado de fondo? ¿Cuántos se ríen para ocultar la tristeza? ¿Cuántos seremos en total?
¿Por qué algunas cosas duelen tan profundo? ¿Porque los espejos nos reflejan? ¿De que lado estamos?
¿Cómo sonara de esta lado la guitarra? ¿Y nosotros seremos los mismos de siempre?

Un sonido sórdido y primitivo me carcome le corazón.
El humo traspasa los espejos, porque no tiene consistencia ni estructura. Es humo.
Cristales, en mil pedazos, cristales rotos que nunca van a poder unirse, y que se unen y se despegan; nunca va a ser lo mismo que un cristal que nunca se ha roto.
Abrir los ojos detrás del espejo, es no volver a dormir nunca mas.
Cuando el despertador mental es tan fuerte y constante, la mirada no se descentra nunca.
Acostumbrarse a vivir dentro del espejo, y salir de vez en cuando es vivir.
Sos feliz y a veces estas triste…pero te cruzas en tantos espejos, tanta gente que es triste que a veces la excesiva compasión y la fusión humana te hacen sentir más triste de lo normal.
El dolor ajeno, el dolor propio…al final del espejo ¿No es lo mismo?
Si se rompe el espejo, el vidrio clavado le duele a el. Si le duele a el, me duele a mi.
Si se rompe el cielo y se clava en la Tierra me va a doler en las entrañas más primitivas de mí ser.
El dolor se fusiona y desde ahí se conectan las personas. Desde el reflejo del otro, desde lo que nos identifica y nos hermana a todos, el dolor. O desde la falsa mascara de la mentira, del humor defensivo, de las sonrisas saladas y las miradas evasivas. Todo confluye en ese vidrio clavado, que es como una astilla asfixiante.
Y el Arte, que siempre nos salva la vida.
Re-conectarse desde los espejos que nos reflejan a quienes nos animamos a mirarnos cotidianamente.
Los espejos que son el reflejo del mundo, para quienes nos animamos a transitarlos por dentro, dispuestos a confrontar cualquier tipo de dolor y herida. La profundidad nunca se sabe con certeza, es cerrar los ojos y pasar.
Las certezas no existen y los espejos distorsionan las imágenes. Siempre supimos que es mentira la verdad.
Solo en eso se puede confiar, siempre sentir y percibir, el centro de la mirada. En el reflejo innato que no se puede ocultar en ningún espejo, con el que nacimos y morimos tantas veces. El Alma que es añeja y compañera.
Por eso me guié, me guió y me guiaré.
A lo mejor algún día me choque con algún espejo y ese espejo sea el fin del mundo.
El mundo de cartón que nos han hecho creer que era la vida.

N.P.S
27/10/08

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