Juguemos en el bosque mientras el lobo no esta.
Los silencios, siempre acompañan mis magistrales jugadas.
La contradictoria timidez, que parece seducir, aunque no lo intente.
Después de pintarme las pestañas con sus ojos,
respiro el mismo aire, casi por “casualidad”.
(La casualidad, como excusa, cuando todo sabemos que no existe.)
Pero el azar, a veces nos hace dudar.
¿Será el inconciente?
¿O será el magnetismo?
La seducción cibernética.
Lo prohibido.
Lo enroscado.
Las fantasías.
La sugestión inconciente.
¡Si, soy una más señor debo confesarlo!
Soy tan débil como cualquier mortal.
Y a veces no reconozco el punto justo donde hay que parar.
Pero debo admitir que ese filo me gusta, me encanta, me tienta.
Y después…que importa del después!
Uno nunca sabe, que puede pasar mañana.
Let it be…let it be.
¡Lo bueno de jugar siempre con fuego es que aprende uno a no quemarse!
Después de varias ampollas, las heridas ya no duelen.
N.P.S
12/09/07
Los silencios, siempre acompañan mis magistrales jugadas.
La contradictoria timidez, que parece seducir, aunque no lo intente.
Después de pintarme las pestañas con sus ojos,
respiro el mismo aire, casi por “casualidad”.
(La casualidad, como excusa, cuando todo sabemos que no existe.)
Pero el azar, a veces nos hace dudar.
¿Será el inconciente?
¿O será el magnetismo?
La seducción cibernética.
Lo prohibido.
Lo enroscado.
Las fantasías.
La sugestión inconciente.
¡Si, soy una más señor debo confesarlo!
Soy tan débil como cualquier mortal.
Y a veces no reconozco el punto justo donde hay que parar.
Pero debo admitir que ese filo me gusta, me encanta, me tienta.
Y después…que importa del después!
Uno nunca sabe, que puede pasar mañana.
Let it be…let it be.
¡Lo bueno de jugar siempre con fuego es que aprende uno a no quemarse!
Después de varias ampollas, las heridas ya no duelen.
N.P.S
12/09/07
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