La influencia de la noche

Amo la noche en todos sus matices. Siempre me sentí una criatura nocturna, atraída por el misterio de las sombras, de la brisa húmeda de la noche y la pálida luz de la luna iluminando la negrura del paisaje.
La noche esta empañada de un aura que siempre me atrajo y me sedujo.
La noche no habla, susurra.
La noche es profunda y mística.
La noche incita, tienta, atrae.
Es magnética la luna y lúgubre el aire.
Y pensando en la noche, en la negrura del espacio me surgieron algunas ideas que quise plasmar. Porque definitivamente la noche es dueña de muchas virtudes.
Generalmente las fiestas se hacen de noche. En la mayoría se toma alcohol y/o se consumen drogas. Pareciera que de noche uno se desenfrenara más que de día, tal vez tengamos la sensación de que estar resguardados entre sombras nos protege de la mirada del otro. Del que dirán, de ser descubiertos, de ser observados.
De noche somos como cazadores acechando a su presa (si la presa no somos nosotros!).
El sol no asoma de noche y sus rayos no nos dejan expuestos a la intemperie.
La luz de la luna es pálida, es compañera y siempre esta ahí como testigo de noches románticas, descontroladas o simplemente resplandeciendo la oscuridad.
Si miramos el cielo de noche, en un lugar donde las sucias luces de la ciudad no lo iluminen, es negro.
Profundo, oscuro y negro.
El negro nos permite pensar, concentrarnos. Nos hace reflexionar. Mirar el cielo, o el campo de noche, es como perderse en una agujero sin espacio ni tiempo.
Enfocar nuestros pensamientos en profundidad, escarbar dentro de nosotros mismos.
Al tener menos estímulos, de luz, brillo, color, estamos mejor predispuestos para el análisis, mas reflexivos y profundos. La noche suele generar estados filosóficos espontáneos, más aun a la luz de la luna o de las estrellas.
¿Quién no ha compartido noches enteras al aire libre hablando con amigos, con parejas o incluso con uno mismo?
Otra de las cosas que pensé es que el sexo y la noche, todos sabemos, se llevan muy bien. Los amantes se encuentran preferentemente de noche, también por esto que antes decía, de no ser descubiertos. La oscuridad parece ser un manto debajo del cual los pecados y lo prohibido se esconden y duermen lejos del resto de los mortales.
Las velas, los sahumerios y los objetos románticos suelen decorar el encuentro entre dos seres que se fusión en pasión, lujuria y amor.
Incluso se ha comprobado, por las noches, un cambio en la función ovárica . La Luna influye directamente en la concepción de todas las criaturas vivientes. Por ejemplo en la luna creciente, la savia sube; en menguante baja, y esto es extraordinario.
Por otra parte se ha comprobado que la falta de luz solar produce en los seres humanos un estado de apatía, melancolía o depresión. Existe incluso la llamada “depresión invernal”. Es decir, que la falta de luz solar produce muchas veces un estado melancólico, triste, nostálgico. Todos hemos pasado por etapas de desamor, de perdidas, de separaciones y ausencias, donde nos martirizamos por las noches con música, con pensamientos, con recuerdos que nos inundan de lagrimas. Pareciera que la noche se empeña en hacernos recordar lo que no fue, lo que nos daño, lo oscuro de la noche misma.
También sabemos que la luna, quien decora la noche como una lentejuela pegada en el alto cielo, siempre estuvo relacionada con la Magia y los aquellares. Antiguamente, la mayoría de las celebraciones, iniciaciones y rituales relacionados con la Magia o ciertas culturas, eran realizados de noche a la luz de la luna, mas aun si esta es llena. Sobran historias de brujas, gatos negros, y sectas que realizan por las noches sus ritos.
Por supuesto que también la luna tiene una importante influencia con la psiquis humana, de alli deriva el termino “lunatico” En general lo negativo y perverso lo atribuyen a que si la Luna ejerce fuertes efectos de gravedad sobre las masas oceánicas, mareas, y nuestros cuerpos están compuestos en un 75% de agua, análogamente afectaría nuestra psique. La Luna que nos ilumina en el espacio infinito, nos influye, nos modifica.
La Luna controla toda la mecánica de la naturaleza, actúa sobre los líquidos incorpóreos e inorgánicos; controla el crecimiento de las plantas; ejerce influencia sobre los fluidos sexuales; regula el flujo menstrual de la mujer; gobierna la concepción de todas las criaturas, etc.
Incluso los departamentos de bomberos han observado que reciben un 25 ó 30 por ciento más de avisos las noches de Luna llena. Enfermeros que trabajan en pabellones de psiquiatría informan de mayor número de alteraciones en el comportamiento de sus pacientes. La Luna llena, de cuya importancia nos hablaron ya los astrólogos hace mucho tiempo, es la responsable de crímenes pasionales, de cambios de humor, de depresiones e insomnios. La influencia de la Luna sobre nuestro organismo no es solamente externa, circunstancia que se comprueba por el hecho de que el ciclo menstrual de la mujer tiene la misma duración que el mes lunar y que el periodo de gestación es de nueve meses lunares. Una creencia popular es que, con la Luna llena, los partos son más fáciles y más frecuentes. Un médico alemán, el doctor Schultze, se tomó la molestia de verificar este dato y comprobó que desde que existen registros, nacen, efectivamente, más bebés en época de marea alta, es decir, de Luna llena.
Increíble ¿No?.
Nuestro cuerpo físico posee fuertes y antiguos vínculos con la Luna. Como regente de los fluidos del cuerpo, la Luna actúa de forma especial sobre el sistema linfático, el cual se encarga de defender el organismo contra las infecciones. Debemos recordar que nuestro cuerpo es 75% líquido al igual que el planeta, y que la sangre de nuestro cuerpo a lo que más se parece en su composición es al agua de mar. Todo está relacionado, como es en lo grande es en lo pequeño, como es arriba es abajo, como es adentro es afuera, así lo expresa la "Ley Universal de Correspondencia".
Hay muchisimas teorías interesantes que relacionan la psiquis humana con la luna, la influencia que esta tiene sobre nosotros. Personalmente hay una en especial que atrajo mi atención.
La luna llena representa para la humanidad el momento mágico de la plena conciencia y la integración de las polaridades. Cuando la luz del Sol irradia sobre un cuerpo físico, éste siempre proyecta una sombra. En nuestro planeta ocurre lo mismo ocasionando el día y la noche. Siempre que una parte se ilumina la otra queda relegada a la oscuridad. De igual modo ocurre en nuestra mente. Existe una parte de nosotros que vive oculta en una zona donde nosotros mismos no hemos querido mirar. La psicología moderna la llama la sombra. Allí viven resentidos todos nuestros sentimientos reprimidos, todas esas cosas que no hemos querido aceptar y sin resolverlas o trasmutarlas las hemos ocultado en esa zona oscura y creemos que por no verse, no existen. Es decir, lo que comúnmente llamamos el inconciente donde se aloja el material reprimido. Esa mitad, guarda los instintos animales, las pasiones, la irracionalidad. En el transcurso de la vida, muchas veces nos hemos asustado al comprobar que afloran a la conciencia pensamientos y sentimientos que no están de acuerdo con lo que nosotros somos o creemos ser. Es como un monstruo que nos asusta. Es la sombra, el lado feo, oscuro de nuestra conciencia. Cuando la Luna está llena ocurren muchos fenómenos en los sanatorios de enfermos mentales y en las calles, hechos comprobados en las estadísticas de la policía de todas las ciudades del mundo. Los enfermos se excitan y aumentan sus crisis, principalmente aquellas donde la agresividad animal domina. En las calles de las grandes ciudades aumentan las violaciones, pues el deseo sexual se hace incontrolable para algunos. El mayor índice de accidentes por velocidad y suicidios ocurre durante la Luna Llena, principalmente cuando se encuentra en su perigeo y coincide con el fin de semana. Sin embargo, para el hombre consciente, para aquellos que han elegido el camino de la integración espiritual, este momento, lejos de ser peligroso, se convierte en un momento de oportunidad, ya que mediante la meditación logra integrar las zonas oscuras de su propia psiquis y así logra mayor integración. En cuanto a la vida cotidiana, en estos momentos no es recomendable discutir o enfrentar situaciones de violencia, pues los estados reprimidos como la rabia pueden surgir en forma de estallidos. No es buen momento para organizar una fiesta donde se ingiera licor. Se deben evitar todo tipo de discusión, así como asistir a eventos masivos donde se manipulen los estados emocionales. Para algunos especialistas, la Luna no sólo moviliza periódicamente las aguas y tierras de nuestro planeta, sino también los sentimientos, ideas y acciones de sus habitantes. Otros expertos de EUA han encontrado que durante la Luna llena -y en menor medida, en la nueva- aumentan no sólo los crímenes violentos y delitos sexuales, sino también los ataques epilépticos, ingresos de pacientes psiquiátricos y suicidios. La relación de la Luna con la sangre no se limita a los delitos: también se han informado “correlaciones que superan los márgenes de lo casual” entre las fases lunares y el incremento de las hemorragias, las transfusiones sanguíneas y los infartos. Se afirma que la luna llena activa la ovulación, acelera los partos, rige nuestros ritmos biológicos, tiene propiedades afrodisíacas e inquieta a los ansiosos o deprimidos, además de alterar el sueño.
Si, la noche y su mas fiel amiga, la luna tienen una influencia misteriosa, infinita y mas que interesante sobre nosotros y también sobre otros reinos como el vegetal y animal.

Enero/Febrero 2008


BIBLIOGRAFIA

* Dr. Arnold L. Lieber, psiquiatra estadounidense quien en su famoso libro “El influjo de la Luna”, defiende que estadísticamente el efecto lunar influye en el funcionamiento psicofisico de los seres.
* Margarita Landi periodista española y experta en criminología.

También consulte a varias enciclopedias, astrólogos y sitios relacionados. Pero todos los datos estadísticos o comprobados científicamente, fueron extraídos de estudios profesionales como los de Lieber.

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