Preludio inconciente

Un piano esquizofrénico de teclas oxidadas, en la esquina de una escalera anacrónica.
Sin duda, un cerebro brillante.
El diablo y Dios en la misma cama, me miran de reojo y ya no se con cual lamentarme.
Es mentira la verdad y esto es verdad, es mentira.
Es.
Cerrar los ojos y sentirse fuera del mundo.
Caminar cabeza abajo en el espacio infinito y aterrorizarme una vez más con su inocuo silencio.
Las soluciones debajo de las baldosas con agua podrida y los problemas en el arco iris.
Las personas ingenuas e ilógicas y todos los males de este bendito universo contenidos en la sangre, que se acurruca bajo la almohada y no quiero abrir los ojos.
Las pisadas que son ecos, ecos de una noche clara, claridad del abismo, abismo de la conciencia.
Los coros de niños, las nubes rosas, los pájaros negros y todo lo que se derrite y ya no vuelve.
Las mariposas sin alas, las larvas sin sueños, los nidos sin huevos.
La inmortalidad absurda, la idolatría patológica y el peso del mundo sobre mis pies.
Los cuatro elementos, la alquimia constante, el Alma de bruja, la víbora que se muerde la cola.
El peso del mundo y las plumas de las personas.
La diagonal misteriosa de la mente y el corazón, decía hoy Fernando.
La diagonal, cual triangulo de las bermudas, del intelecto y los sentimientos.
Lo que media, lo que separa, lo que mantiene alejada a las personas.
El teclado negro, las uñas negras, los lentes negros, el día negro, mi madre.
La cama desordenada, la fauna de la pecera y la infinitud de signos de la paz mezclados con la impotencia y la ira cotidiana.
Lo que se palpa y por suerte no se ve, los cables en cortocircuito, la escalera en espiral.
Abrir las manos, desencadenar almas, arrodillarse y abrazarse.
Las rejas de las ventanas, las ventanas de los corazones, los corazones enrejados.
Los días inútiles, los cementerios multicolores y la cámara que no hace foco.
Los antifaces con plumas, las plumas que faltan, los días en que falta la vida
…cuidado Nadia, porque no hay rosa sin espina.

N.P.S
03/10/08

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